Ética profesional
La Vocación

La elección de la profesión debe ser completamente libre. La vocación debe entenderse como la disposición que hace al sujeto especialmente apto para una determinada actividad profesional. Quien elige de acuerdo a su propia vocación tiene garantizada ya la mitad de su éxito en su trabajo. En cambio, la elección de una carrera profesional sin tomar en cuenta las cualidades y preferencias, sino, por ejemplo, exclusivamente los gustos de los padres, o los intereses de la familia, fácilmente puede traducirse en un fracaso que, en el mejor de los casos, consistiría en un cambio de carrera en el primero o segundo año, con la consiguiente pérdida de tiempo y esfuerzo.
Finalidad de la
Profesión
La finalidad del trabajo profesional es el bien común. La capacitación que se requiere para ejercer este trabajo, está siempre orientada a un mejor rendimiento dentro de las actividades especializadas para el beneficio de la sociedad. Sin este horizonte y finalidad, una profesión se convierte en un medio de lucro o de honor, o simplemente, en el instrumento de la degradación moral del propio sujeto.
El propio beneficio
Lo ideal es tomar en cuenta el agrado y
utilidad de la profesión; y si no se insiste tanto en este aspecto, es porque
todo el mundo se inclina por naturaleza a la consideración de su provecho
personal, gracias a su profesión. No está de más mencionar el sacrificio que
entrañan casi todas las profesiones: el médico, levantándose a media noche para
asistir a un paciente grave; el ingeniero, con fuertes responsabilidades frente
a la obra, etc. La profesión también gracias a esos mismos trabajos, deja, al
final de cuentas, una de las satisfacciones más hondas.
Capacidad profesional
Un profesional
debe ofrecer una preparación especial en triple sentido: capacidad intelectual,
capacidad moral y capacidad física.
Capacidad intelectual
Consiste
en el conjunto de conocimientos que dentro de su profesión, lo hacen apto para
desarrollar trabajos especializados. Estos conocimientos se adquieren
básicamente durante los estudios universitarios, pero se deben actualizar
mediante las revistas, conferencias y las consultas a bibliotecas.
Capacidad moral
Es
el valor del profesional como persona, lo cual da una dignidad, seriedad y
nobleza a su trabajo, digna del aprecio de todo el que encuentra. Abarca no
sólo la honestidad en el trato y en los negocios, no sólo en el sentido de
responsabilidad en el cumplimiento de lo pactado, sino además la capacidad para
abarcar y traspasar su propia esfera profesional en un horizonte mucho más
amplio.
Capacidad física
Se
refiere principalmente a la salud y a las cualidades corpóreas, que siempre es
necesario cultivar, como buenos instrumentos de la actividad humana.
Los Deberes Profesionales
Es
bueno considerar ciertos deberes típicos en todo profesional. El secreto
profesional es uno de estos, este le dice al profesional que no tiene derecho
de divulgar información que le fue confiada para poder llevar a cabo su labor,
esto se hace con el fin de no perjudicar al cliente o para evitar graves daños
a terceros.
El profesional también debe propiciar la asociación de los miembros
de su especialidad. La solidaridad es uno de los medios más eficaces para
incrementar la calidad del nivel intelectual y moral de los asociados. En fin
al profesional se le exige especialmente actuar de acuerdo con la moral
establecida. Por tanto, debe evitar defender causas injustas, usar sus
conocimientos como instrumento de crimen y del vicio, producir artículos o dar
servicios de mala calidad, hacer presupuestos para su exclusivo beneficio,
proporcionar falso informes, etc. Cuando un profesional tiene una conducta
honesta, dentro y fuera del ejercicio de su profesión, le atraerá confianza y
prestigio, lo cual no deja de ser un estímulo que lo impulsará con más certeza
en el recto ejercicio de su carrera.

Los deberes son exigencias, imposiciones indeclinables, recaídas sobre la responsabilidad del individuo, que mientras mejor los cumple, más derecho tiene a la feliz convivencia social.
El deber puede catalogarse en el grupo de las obligaciones morales. Estas son deudas morales de obligado acatamiento por la fuerza de la razón sana del individuo. El cumplimiento del deber es un rasgo enaltecedor, relevante de la conducta humana. En el orden privado, habla elocuentemente de la educación del individuo y de la pureza de sus propias concepciones, en el ámbito público afianza sus relaciones sociales y le aseguran el éxito, que es aspiración constante del hombre.
Por ende cada profesional tiene la indeclinable obligación de convertirse en medio ejecutor de sus deberes. Para ello le es ineludible disciplinar sus actuaciones técnicas y científicas, perfeccionar su carácter y fortalecer su conducta dentro de las normas éticas. Este es el medio más apropiado para organizar una verdadera actuación profesional.
Entre los principales deberes profesionales podemos mencionar: honradez, honestidad, estudio, investigación, cortesía, probidad, independencia, discreción, carácter, distribución del tiempo, equidad en el cobro de honorarios, prestigiar la profesión, cuidar de su cultura, puntualidad, solidaridad, etc.
Código de ética
Un código, por su parte, es
una combinación de signos que tiene un determinado valor dentro de un sistema
establecido. En el derecho, se conoce como código al conjunto de normas que
regulan una materia determinada.
Un código de ética, por lo
tanto, fija normas que regulan los comportamientos de las personas dentro de
una empresa u organización. Aunque la ética no es coactiva (no impone castigos
legales), el código de ética supone una normativa interna de cumplimiento
obligatorio.
No divulgar información
confidencial, no discriminar a los clientes o los compañeros de trabajo por
motivos de raza, nacionalidad o religión y no aceptar sobornos, por ejemplo,
son algunos de los postulados que suelen estar incluidos en los códigos de
ética.
Las normas mencionadas en
los códigos de ética pueden estar vinculadas con las normas legales (por
ejemplo, discriminar es un delito penado por la ley). El principal objetivo de
estos códigos es mantener una línea de comportamiento uniforme entre todos los integrantes
de una empresa. Al incluir instrucciones por escrito, no resulta necesario que
un directivo explique a cada momento cuáles son las obligaciones que tiene un
empleado.
Por otra parte, aquellas
personas que redactan el código de ética se encuentran en una posición
jerárquica sobre el resto, ya que están en condiciones de estipular cuáles son
las conductas correctas desde un punto de vista moral.
La medicina y el código de
ética.
Como ya lo hemos expresado,
la obligación de todo profesional es manifestar una conducta impoluta donde la
ética sea su principal objetivo. Como se trata de un servicio social, debe
estar basada en querer el bien para la comunidad en la cual se actúa.
Código de Ética
El primero en manifestar una
serie de normas que deberían cumplirse a la hora de realizar cualquier tarea
social, fue Hipócrates, cuando la medicina todavía no existía como tal. Fue él
quien marcó las pautas éticas que más tarde se manifestarían como fundamentales
para el ejercicio de la medicina en cualquier punto del planeta. De todas
formas, no fue recién hasta 1979 que se describieron, dentro del círculo
médico, los principios éticos y morales que todo profesional debía manifestar.
Dicho tratado se llamó de Ballantine y fue publicado en 1979.
En la carrera de medicina
existen una serie de materias cuya importancia es inculcar en los futuros
médicos ideas de bien común y sobre todo, un espíritu crítico y equilibrado,
para saber actuar siempre en pos del bien común y de la calidad de vida de sus
pacientes. En esta formación se inculcan en el individuo los criterios que
necesita para tomar las decisiones más acertadas, dentro de lo que cabe en su
profesión.
Un médico sin ética será un
profesional que antepondrá el dinero y la fama al bien de los pacientes y esto
supondrá un desorden moral en el accionar del individuo y un serio riesgo para
la comunidad a la que asiste.
Lamentablemente a lo largo
de la historia la medicina se ha descarrilado de su fin primero: ayudar a las
personas a mejorar su calidad de vida y ha llegado a ser un instrumento de
manipulación para las diversas ideologías; esto ha llevado a que muchas
personas descrean de la medicina y que ésta se haya tornado en un negocio
lícito. Pese a ello, es importante señalar la importancia de recuperar el verdadero
sentido que esta ciencia tuvo en sus orígenes.
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